SUMALAO, UNA HISTORIA DE FE Y DEVOCION


La imagen del Señor de Sumalao, en el siglo XVIII, pasaba por Salta rumbo a San Juan, cuando sucedió la voluntad divina. Hoy se convirtió en una de las fiestas más importantes de la provincia.

Sumalao, en quechua significa lugar hermoso. A mediados del siglo XVIII, Carlos V, rey de España, envió a América tres óleos de Cristo. Uno quedó en Cuzco, Perú, donde se lo venera con el nombre de Señor de los Temblores. El segundo se encuentra en Tacna, Chile.
Mientras que el tercero, estaba destinado a la provincia argentina de San Juan. Cuando esta obra salió de Cuzco, quienes la llevaban tuvieron dificultades al pasar por la provincia de Puno, Perú. Como no pudieron continuar, los viajantes dejaron el cuadro en la parroquia de Vilque. Para cumplir con el mandato del rey, un artista cuzqueño hizo una réplica exacta del Cristo y el cuadro fue enviado hacia el sur, a lomo de mula. Por entonces, Sumalao era paso obligado hacia el Virreinato del Río de la Plata y lugar donde se hacía el cambio de mulas y se realizaban ferias de trueque. Cuando los encomendados partieron hacia San Juan, uno de ellos tuvo que regresar porque la mula que llevaba el cuadro no estaba. Tiempo después la encontró en Sumalao, debajo de un algarrobo. Volvieron a recogerla y nuevamente el animal desapareció para aparecer otra vez en Sumalao, echada bajo el mismo árbol de donde no se levantó hasta que no le sacaron el cuadro del lomo.
Esto se entendió como que Cristo quería quedarse en el lugar. Fue así que comenzó la tradición religiosa que dura hasta nuestros días. Muy cerca del algarrobo, el mismo árbol de la historia, se construyó un templo por cuyo predio pasa un arroyo en el que la gente bebe agua que, según la creencia es bendita y cura enfermedades.
El óleo de Cristo, flanqueado por la Virgen María y María Magdalena, mide un metro ochenta de alto por uno de ancho.
La obra sufrió dos principios de incendio hace varios años, ya que los fieles solían prender velas por sus promesas y las colocaban al pie de la imagen; es por ello que presenta quemaduras. Intentaron restaurarla, pero la gente no permitió que el cuadro saliera de su lugar. Por esa razón, para preservarlo, se lo protegió con un vidrio y un marco más grande, tal como se lo puede ver en la actualidad.